Muebles: Cómo cuidar de tu sofá favorito

El sofá se ha transformado en el mueble más usado y amado en los hogares. Si bien su uso más frecuente es el sentarse en él a disfrutar de series o películas –y en estas, pueden ser icónicos-, en días ajetreados puede llegar a ser el compañero perfecto de una siesta. Hasta las mascotas disfrutan de él para descansar.

Además de ser una inversión económica importante en cualquier hogar, es un mueble tan querido que no queremos deshacernos de él a pesar de los años. Hoy os traemos unos consejos para alargar la vida útil de vuestro sofá. Si lo cuidáis, no habrá despedidas en un largo tiempo y será digno de alardear.


No saltar sobre el sofá

Si tenéis hijos, es difícil hacerles entender esto, pero es indispensable que evitéis saltar sobre el sofá porque cualquier presión fuerte y constante sobre él hará que se deforme. Esto hará que parezca más viejo de lo que realmente es y lo hará ser más incómodo a la hora de acostarse o sentarse sobre él.

Revisar las indicaciones del fabricante

Nadie sabe mejor cómo mantener limpio vuestro sofá que la empresa que lo fabricó. Es importante que reviséis sus indicaciones antes de realizar cualquier proceso de limpieza, ya sea por manchas, sucios o líquidos derramados.

Dependiendo de sus indicaciones, sabréis la mejor opción para limpiarlo y al mismo tiempo, proteger el material del cual está hecho vuestro sofá. Este es el primer consejo para mantener las fibras como nuevas y el que la mayoría no tiene en cuenta a la hora de limpiar. ¡Estáis avisados!

Airearlo

El lugar preferido para ubicar el sofá en toda familia es frente al televisor, pero en ocasiones ese lugar puede estar cerca de una ventana. Esto es un grave problema si queréis mantenerlo como nuevo.

El sol es el enemigo número uno de cualquier tejido, incluso nuestra piel se ve afectada por largas exposiciones a este. Las fibras del sofá van debilitándose y los colores se desvanecen con el tiempo. Aun pueden decolorarse de forma desigual, apareciendo manchas más claras en la tela. ¡Una pesadilla! El sofá se verá desgastado muy rápido.

Lo ideal es que mantengáis a vuestro sofá lejos del sol; ubicarlo cerca de las ventanas es lo primero que deberéis evitar, y si no tenéis otra opción, las cortinas o persianas pueden ayudaros a protegerlo de los rayos solares

Utilizar fundas

Muchas personas han optado por fundas que cubren el sofá en totalidad pues ayuda a proteger los tejidos de manchas y polvo. Son fáciles de retirar y lavar, y podéis intercambiarlas para darle distintos colores a tu sofá. ¡Molan un montón! Estas también pueden ayudaros a protegerlo del sol.

Lo ideal es retirarlas y lavarlas al menos una vez por semana, así no sufrirás de alergias por el polvo que acumulen. Además, hombre, una funda sucia se ve igual de fea que un sofá deteriorado.  

No comer en él

Tener como norma el no comer en el sofá, puede ser de gran ayuda para que no llegue a mancharse por comida o líquidos derramados. Si bien parece una tarea casi imposible, es una ayuda esencial para no exponer a vuestro sofá a constantes lavadas con productos que pueden afectar su material.

Las fundas pueden ayudaros a que los pedazos de comida no lleguen al sofá, pero los jugos o el agua aún pueden atravesarlas. Eso significa manchas o humedad dentro de vuestro sofá, ambiente perfecto para ácaros y bacterias.

Aspirar el sofá

A pesar de todos estos consejos, el mejor que podemos daros es desinfectar vuestro sofá con aspiradoras potentes y con filtros HEPA. Aunque uses fundas, los ácaros aún pueden vivir en él. La limpieza constante ayudará un montón para que vuestro sofá permanezca limpio y evitéis alergias en cualquier miembro de la familia.

Una buena aspirada al sofá unas dos veces por semana, ayudará a eliminar ácaros, polvo o pelos de vuestras mascotas hasta de las propias fundas. Y bueno, si no habéis respetado la regla de no comer en el sofá, podréis además eliminar las migajas que se acumulen en los rincones. Por último, ¡no olvidéis aspirar los cojines!, pues ningún rincón de tu sofá se escapa de los molestos alérgenos que te causan diferentes alergias y afecciones respiratorias.